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24-25 Entró en el templo con sus acompañantes, y todos ellos se colocaron junto a los tesoros. Pero en ese momento Dios, que es el Dios de todos los espíritus y de todo poder, se manifestó de una manera asombrosa: Un jinete terrible, vestido con una armadura de oro, y montado sobre un caballo lleno de adornos preciosos, se apareció en el lugar. Al verlo, todos los que se atrevieron a entrar al templo quedaron paralizados de miedo, y perdieron las fuerzas. El caballo se lanzó contra Heliodoro y lo atacó con sus patas delanteras. 26 Luego aparecieron dos jóvenes muy fuertes, hermosos y bien vestidos, que se pusieron junto a Heliodoro, uno a cada lado, y le dieron una tremenda paliza.

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